miércoles, 18 de septiembre de 2013

EL GENERAL JOSE DE SAN MARTIN...



En el parte de la batalla de Chacabuco, escrito en Santiago de Chile el 22 de febrero de 1817, San Martín deja constancia que en tan sólo veinticuatro días cruzó la cordillera de los Andes y liberó al país hermano. Fue, sin duda, una de las empresas más difíciles y grandiosas de la historia universal. Cruzar las enormes montañas al frente de un numeroso ejército, con más de mil caballos y muchas mulas más por un sendero de tan sólo treinta a cincuenta centímetros, es una proeza que solo los predestinados a ocupar sitios de honor en la historia pueden llevar adelante. Alcanza con citar que, de los casi 1600 caballos que llevó, sólo llegaron con vida 511. A San Martín las dificultades del camino no lo asustaban pero sí lo preocupaban. Así se lo escribió a su amigo, el general Guido el 14 de junio de 1816: "lo que no me deja dormir es, no la oposición que puedan hacerme los enemigos, sino el atravesar estos inmensos montes". También se enfrentó a la falta de agua, por eso reguló las jornadas de acuerdo a las posibilidades de aprovisionarse del líquido elemento. Y hubo además otras dos grandes dificultades. Una fue la falta de pasto para caballos y mulas; esto fue subsanado llevando forraje a lomo de mula, pero el alimento no alcanzó y se perdieron muchos animales a causa del hambre. La otra dificultad fue la inexistencia de leña para cocinar y protegerse del duro frío nocturno; esto también fue cargado a lomo de mula. En horas de la noche, el frío llegaba hasta los veinte grados bajo cero. A todas estas dificultades hay que agregar otra: los efectos de la altura, llamados "soroche". El fenómeno es terrible, causante de una gran la fatiga y reducción al mínimo de fuerzas. Los especialistas afirman que la adaptación a la gran altura no es rápida sino que puede tardar varios meses, y en algunos organismos, años. San Martín trató de aminorar las consecuencias de la puna, propinando abundante ajo y cebolla a sus soldados, y permitiendo que los afectados viajen en mula.

EL DIA QUE SAN MARTIN CRUZO LOS ANDES



Para llevar a cabo su plan, San Martín solicitó que se le concediera el cargo de gobernador intendente de Cuyo, provincia con capital en la ciudad de Mendoza y limítrofe con Chile, desde donde podría organizar su campaña para invadir ese país. Debido al recelo de ciertos sectores del gobierno de las Provincias Unidas a su figura, y a que ese nombramiento sería un modo de sacar a San Martín del escenario político principal, fue que el director supremo Gervasio Antonio de Posadas le concedió su petición el 11 de agosto de 1814.
San Martín llegó a Mendoza el 7 de septiembre de 1814 con la idea de organizar un pequeño y disciplinado ejército en la Provincia de Cuyo. A poco de llegado, entre el 1 y 2 de octubre de ese año, se produjo en Chile la Batalla de Rancagua, en la cual las fuerzas patriotas chilenas fueron derrotadas, y parte de sus restos cruzaron la cordillera en dirección a Mendoza, quedando Chile nuevamente en manos realistas. Ante esta situación, San Martín recibió e incorporó a su incipiente ejército cuyano - que ya contaba con alrededor de 1.000 hombres1 - los restos de tropas chilenas al mando de Andrés del Alcázar y Bernardo O'Higgins - la otra facción siguió a José Miguel Carrera decidiendo no formar parte del nuevo ejército. Al mismo tiempo San Martín incorporó a su ejército el Batallón de Auxiliares Argentinos (también llamado Auxiliares de Chile), que había retornado de su misión en Chile al mando del coronel Juan Gregorio de Las Heras por órdenes del gobierno de las Provincias Unidas después de tomar conocimiento del Tratado de Lircay.





San Martín nombró al jurisconsulto argentino radicado en Chile, Dr. Hipólito de Villegas quien fuera desterrado por los hermanos Carrera, como apoderado del Ejército de los Andes para percibir los fondos que recolectaban con el objeto de proveer el sostenimiento de las tropas. Intentó poner rápidamente a su ejército en condiciones de combatir, ante el temor de que los realistas cruzaran la cordillera y atacaran.

lunes, 16 de septiembre de 2013

EL LIBERTADOR DE AMERICA


UN SOLO MAPA DE LA CORDILLERA




San Martín, poseía además algunos planos de la cordillera, y uno, hecho a base de ellos, debió ser el que envió él a Pueyrredón, y al que éste se refería en carta del 24 de enero de 1817, si es que el término "plano" no equivale a proyecto. A lo menos para el Paso de Uspallata pudo contar San Martín con un plano bastante discreto, como es la Carta Esférica de la parte interior de la América meridional para manifestar el camino que conduce desde Valparaíso a Buenos Aires, construido por las observaciones astronómicas que hicieron en estos pasajes en 1794 Don José de Espinosa y Don Felipe Bauzá, Oficiales de la Real Armada, en la dirección Hidrográfica.
Es éste el único que conocemos, anterior al cruce de los Andes por San Martín y que pudo serle de alguna utilidad. Consta positivamente que no conocía el General en Jefe plano alguno de la cuesta de Chacabuco, a lo menos con los detalles que creía imprescindibles, y que, antes de la batalla de ese nombre, los ingenieros Arcos y Alvarez Condarco pasaron los días 10 y 11 de febrero levantando un croquis de las serranías, a cuyo efecto contaron con la protección de varias guerrillas de infantería y caballería. Los baquianos, conocedores de toda la ruta, eran pocos, siendo uno de ellos un tal Francisco Oros. Los más sólo conocían algunos sectores. Esto obligó a establecer, como escribe Ornstein "un servicio escalonado de baquianos". 
Pero aunque poseyera los mejores 
mapas ahora existentes, y aunque contara San Martín con los más avezados baquianos, no ignoraba que unos pocos soldados enemigos, estratégicamente colocados en los pasos más difíciles de la cordillera, podían deshacer y aniquilar al más numeroso y poderoso ejército, y por eso, antes de emprender la marcha, realizó una sagacísima guerra de zapa (guerrilas), persuadiendo al enemigo que invadiría por el norte y por el sur, esto es, por Paso Guana, que sale algo al sur de Coquimbo y La Serena, y por el Paso del Planchón, que sale en un punto entre Curicó y Talca, y por esos lados envió algunas tropas. Sólo despistando así al enemigo pudo llevar el grueso del ejército por el Paso de Los Patos y enviar una fuerte división, con toda la artillería por el Paso de Uspallata. De no haber desorientado así al enemigo, que contaba con 5.020 hombres y 30 piezas de artillería, el ejército patrio había tenido que pasar lances muy peligrosos.




martes, 10 de septiembre de 2013

LOS SOLDADOS DEL EJERCITO



¿Qué comían los soldados del ejército de los Andes?
La comida era un problema y San Martín encontró la solución en una comida popular típica de Cuyo el "charquicán", un alimento basado en carne secada al sol, tostada y molida, condimentada con grasa y ají picante. Prensado era fácil de transportar y se preparaba agregándole agua caliente y harina de maíz.
 ¿Cómo transportaban el agua?
No había dinero para comprar cantimploras y se resolvió usar cuernos de vaca para fabricar recipientes individuales para cada soldado. Se dice que alguno que otro llevaba más de un cuerno, uno con agua y otro con agua... ardiente o vino para combatir el frío.